La verdadera generación de cristal
Se ha popularizado llamar “generación de cristal” a los adolescentes, acusándolos de frágiles y poco preparados. Sin embargo, quizás los verdaderamente frágiles seamos los adultos, que en nuestro afán de protegerlos, los aislamos del mundo real. Muchos jóvenes crecen frente a pantallas, solos y sin acompañamiento, mientras sus cerebros necesitan experiencias reales, vínculos humanos y contacto directo con la vida. La adolescencia es etapa de ensayo, error y construcción de identidad. No son de cristal: son emoción, intuición y fuerza. Necesitan presencia auténtica, límites y escucha. Tal vez la pregunta no es qué hacen ellos, sino qué dejamos de hacer nosotros.